The hopeless place where we found love.

1

HERE COMES THE SUN

domingo, enero 6

Se me olvida que no me quieres

Ser feliz es aburrido.
Muchas veces pensé: he tocado fondo. No sé si es que se podía llegar más abajo o es que llevo un tiempo en el fondo y sin subir. Ahora mismo me da igual. He pasado el día con dos de mis personas favoritas. Y no hemos hecho nada ni me han cambiado la vida. No lo saben. No vuelvo a casa sintiéndome la persona más feliz del mundo, tan llena de cosas buenas que parece que me desbordan. Es el cuarto día de un año que empecé tocando fondo. Y no era para tanto, pero tampoco ha pasado nada que lo cure. No hay magia, no hay nada nuevo. Eso no pasa siempre. Tampoco hay rutina, y me río mucho. No quiero convencerme de que todo va bien, tampoco es que todo vaya mal. Simplemente va. Hace ya más de un año aprendí que eso es más que suficiente. Y a todos esos que le piden cosas al año nuevo no les envidio nada. Yo le pido más bien poco. Que todo siga normal. Una vez más, me conformo con dejarme llevar. Al final los años son muy largos y algo bueno tendrá que llegar. Supongo. He pedido ayuda tantas veces y no sirvió de nada. Y en días como hoy, sin saberlo, me han ayudado tanto. Como antes de ayer por la noche. Con los pies fríos no se piensa bien y estamos en enero.
Es el paso del tiempo. Siempre es el puto tiempo. Que falta, que sobra, que pasa y que no vuelve. No puedo pensarlo y me encantaría. Y me mataría. No tengo ni idea de dónde estoy ni de quién soy. Es aburridísimo estar triste. No se puede volver atrás cuando empiezas el año llorando. Pero joder es que era el martes que sigue al lunes. ¿Cuántos martes habré llorado? Ser feliz parece divertido. Claro, pero es que la felicidad es la mentira que me creo cada vez que estoy arriba. Que hay días buenos y malos, hay fondo que tocar siempre y muere a todas horas gente dentro del televisor. El amor no sobra. Me da miedo que no me quieran nunca. Me da miedo que no me quieras. Me da miedo pero quiero mal.
Todo el mundo con las mismas historias de mierda parece que nos obligan a ser felices. A ver quién de ellos está más contento que yo cada día. Y no soy feliz. Ni quiero. Me he dicho que sí tantas veces. Hay que estar loco no para ser tan feliz sino para vivir tan contento. La felicidad es una tontería que me he intentado creer hasta ahora. Ya pensaré cómo se llama lo que sientes cuando te desbordan los sentimientos positivos. A cuando te desbordan los negativos yo lo llamo bajón. Y tened cuidado si no tenéis bajones. Porque luego llegan todos seguidos y les da igual si es 1 de enero a las 9 de la mañana.



deeper is love